Atardecer de sangre cruda resbalando
por el alma desnuda de sol.
Tapiz solitario trenzado
de lodo, añil y disparate
colgados en pared satánico-virginal.
Punzón avispal que me invade
ciñéndome entre pared y desierto donde
pasean los espectros de mis sueños muertos
y, a bocajarro, mis sienes se disparan contra mí.
Atardecer de sangre cruda resbalando
por el vacío tan lleno de ti.